Casa Freire

Memoria técnica

El comitente, una persona de edad adulta, inquieta, con un día a día diverso, distintas actividades, una vida social movida, con pequeñas y constantes reuniones, talleres de cocina, costura, idioma, fotografía… Madre de hijos mayores viviendo en sus propios hogares pero que visitan frecuentemente.

La residencia cambia constantemente de color según la hora y las estaciones del año, no necesita otro sistema de seguridad ni privacidad. El mantenimiento de una fachada tan alta sin variaciones ni aleros es mínima y la variante económica es muy aceptable. Interiormente existió otra decisión que definió la relación entre arquitectura y uso; y mantiene nuevamente estrecha relación con el ancho disponible, 3.30.

Un vacío y una escalera aparecen ubicados en el área central, tensionando constantemente ancho máximo, altura total y espacios de uso; generan perspectivas activas, cortas y largas, posibilitando mirar el jardín posterior, la calle y el cielo. Los espacios intentan disipar sus dimensiones, disimular sus anchos constantes, optimizar las posibilidades espaciales.

Los medios niveles son dato del corte existente ya que el local comercial tenía mayor altura. Estar, comedor, cocina trabajan juntos; aunque es posible anexar el jardín por la escalera metálica. Luego aparece el pequeño dormitorio “casi” en suite, y el área superior que oficia de estudio, dormitorio de huéspedes, etc.

Estructura simple sobre la medianera, un único solado, un único color. Las carpinterías que están resguardadas de madera, al frente es una herrería auto portante, con el portón inferior, la viga cercha intermedia que permite no tener perfiles y afinar las líneas en la proporción total, y la carpintería superior.